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Sociedad Odontológica La Plata (SOLP)

La educación es el camino II

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Dardo Pereira

Presidente de la Sociedad Odontológica La Plata

Decíamos en la anterior editorial que la crisis era educativa en su totalidad, y que no solo afectaba a las universidades, además que la madre de todos esos males estaba en la semilla de la ignorancia, que había germinado con fuerza en terreno fértil, abonado por la pobreza, la marginalidad, la delincuencia y el narcotráfico.
Por otro lado explicábamos con datos actualizados como solamente el 1 % de los sectores pobres llegaba al último año de la carrera universitaria, dando por tierra que el ascenso social estaba consolidado con las universidades públicas “per se”.

Sería importante como sociedad plantearnos primero que debemos hacer para terminar con la pobreza, que es la causa principal de la decadencia en la que cayo nuestra nación.

En el tema educativo las deudas pendientes de la escuela media argentina condicionan el camino hacia la universidad: “La universidad no ha encontrado todavía las herramientas para tratar el impacto del secundario en el problema de la permanencia y el abandono, se está dando un nuevo perfil de alumno: “el alumno adolescente”, muy inmaduro. Cuando entra en un medio como el CBC, sumamente competitivo, y si son de sectores más bajos, peor, no está en condiciones de afrontar el CBC”. según plantea un trabajo de investigación de la especialista Ana García de Fanelli.

Las universidades privadas, en cambio, le dan continuidad a una organización estilo escuela secundaria, eso representa una gran contención y ahí hay un principio de diferencia en la etapa de retención y fidelización con la educación superior.

“El bajo nivel de la secundaria no depende de las universidades, pero sí el tipo de oferta académica: se sigue ofreciendo lo mismo de siempre a alumnos que están cambiando de perfil, que trabajan y estudian y no solo por necesidad. Eso desincentiva seguir estudiando”.

“Un sistema universitario flexible que funcione como “puerta giratoria”, con pasajes del nivel terciario al universitario, más títulos intermedios e incluso, certificación de conocimientos para aquellos que dejan las carreras antes de terminar”, sería un principio de solución para muchas carreras incluida la nuestra.

En “los estudiantes de ciencias de la computación, que suelen abandonar tentados por un mercado laboral que los demanda y paga bien: después de cursar varios años, dejan la Facultad sin llevarse ninguna certificación, el desafío de la universidad también pasa por ahí, por aumentar la graduación mejorando la oferta, con carreras intermedias y más vinculación con el mundo del trabajo”.

Continuando con este aluvión de datos sobre la tragedia educativa actual nos encontramos que “Las pruebas Aprender 2016, con resultados por distrito en cada provincia, mostró que en La Matanza, por ejemplo, el 38% de los estudiantes del último año estaba en niveles básico o por debajo del básico en matemática”, según los comentarios de la experta más arriba mencionada.

Por eso es urgente resolver un tema central como es ni más ni menos que la pobreza. El despilfarro en que cayó la Argentina en los últimos tiempos, los actos de corrupción que se multiplicaron por doquier en los recónditos pliegues del estado, requieren de una solución porque lo que falta de un lado sobra del otro.

Por otro lado debemos insistir con los temas educativos con encontrarle un sentido a la escuela secundaria porque así como va no funciona, y es más la era digital ya está con nosotros y eso nos debe hacer reflexionar profundamente para salir de esta pobreza, porque la riqueza no se da por tener las mejores praderas del mundo, ni el ganado, ni la soja, la riqueza es el conocimiento que uno tenga, para poder explotar los recursos naturales con eficacia y eficiencia y el menor daño posible al medio ambiente.

Por eso la SOLP que siempre fue educativa desde sus orígenes institucionales, luego en la formación del posgrado, realizó una gran apuesta al congeniar con la UCALP y así crear una facultad propia, de nuestra institución y con nuestros docentes, recordando siempre a esa pléyade de soñadores que fueron nuestros maestros, quienes querían una facultad, pero no cualquier facultad, una facultad distinta, diferente.

Es por eso que con esta herramienta tan nuestra preparamos a los alumnos en el terreno de la disciplina que han elegido, pero a eso le debemos sumar los valores humanistas y cristianos, para consolidar una sociedad mejor, más armónica, con menor desigualdad y con mas compromiso con la democracia.

Pero el desafío del país y el nuestro como referentes de la educación no para, no se puede detener, tenemos la obligación de reperfilar la curricula con cambios que permitan preparar al alumno del presente, pero con los conceptos básicos que se vienen.

No podemos preparar odontólogos para todo, no se puede, no se debe, porque nadie puede ser especialista en todo, la gente requiere calidad en salud y eso lo da él saber en profundidad un aspecto de la profesión y no saber un poco de cada disciplina.

Se del mérito y la destacada actuación de nuestros docentes superando innumerables limitaciones económicas, las cuales muchas veces impiden la dedicación completa o semicompleta de nuestros profesores. Debemos solucionar ese aspecto aun pendiente.

Tenemos la obligación de continuar con nuevos y buenos incentivos docentes, para mejorar la oferta que le ofrecemos a quienes nos eligen, a los cuales además hay que prepararlos con los conceptos de la odontología que se viene.

Estamos confiados que esto lo vamos a lograr todos juntos, el desafío es grande, pero es necesario, nos cobija la fe que tenemos en nuestros sueños y en nuestra gente que los lleva adelante.

Continuará.

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