Desde mis inicios en SOLP entendí que el futuro era algo muy útil para poder dimensionar el presente, y que se deberían resolver los temas de ese presente pensando siempre en lo que vendrá.
El pasado es solamente un refugio de la historia y de acontecimientos pretéritos, que de ninguna manera deben ser desterrados, ya que sirven y mucho para planificar acciones y no volver a cometer viejos errores.
Cicerón decía que “la historia es maestra de la vida”, lo único que no se puede hacer con ella, es pensar y actuar como si el futuro fuera el espejo retrovisor.
A principios del tercer milenio el país transitaba por una tormentosa salida de la convertibilidad y un buen dialogo en esos momentos con el IOMA, permitió subsanar los problemas que desde años se venían acumulando, fue fundamental la gestión del Dr. Laguens a la sazón presidente del instituto.
Ahí la SOLP y fundamentalmente sus socios encontraron las respuestas que necesitaban. La seguridad social era na herramienta insustituible en ese tiempo.
Luego el país fue una hoguera donde los depósitos en dólares se esfumaban, los bancos se quedaban con el dinero de los ahorristas, mientras los patacones y otras cuasi monedas inundaban el país.
Luego de esa tempestad y como suele suceder vinieron épocas de bonanza y de un despertar del consumo, especialmente en la presidencia de Néstor Kirchner.
Desde ahí nació una idea diferente, con la ayuda de mis compañeros de ruta de esa época y un adecuado asesoramiento en gestión de empresas, comencé a pensar en una institución distinta, en una verdadera empresa social para el futuro, que hiciera de la EPG y su expertise la base de un polo educativo cuyo primer paso iba a ser una facultad.
Como se suele decir desde esa época pasó mucha agua bajo el puente y hoy la SOLP se acerca febrilmente a sus cien años de existencia.
Es por eso que nuestra institución requiere de un proceso profundo de autocrítica, “ya sabemos quiénes somos”, eso está muy claro, pero todavía no percibimos como dirigentes y como entidad “quien nos aniquilara y cuando”, o “quien nos desplazara del mercado”.
Son preguntas que tenemos la obligación de hacerlas, aunque aún no sepamos las respuestas.
Las empresas, las entidades, las instituciones, tienen un ciclo semejante a los ciclos biológicos por todos conocidos, los cuales terminan inexorablemente en la muerte. Esto lo leí con mucho interés en una de las tantas lecturas que realice de Peter Drucker, él decía que las empresas no duraban más de 60 o 70 años, a lo sumo, claro que hay excepciones, pero esas excepciones se reciclan constantemente.
Nosotros llegaremos a los cien años porque en el medio nos reconvertimos varias veces, las más trascendentes fueron con Barcos primero y con nuestra gestión más adelante.
Pero ahora esto debe cambiar, se debe transformar, y actualizarse antes que la crisis se desate en nuestras propias narices, y el final sea inevitable.
Un dirigente debe estar preparado, debe cultivar el saber de sus funciones, sabiendo que el saber nos lleva al poder, pero el poder también enferma, como lo vemos habitualmente en miles de ejemplos de nuestra sociedad.
Entonces se trata de un saber para hacer, para pensar estratégicamente y comprender el big picture de la empresa en profundidad.
Los cambios en Argentina y en el mundo son de una dinámica pocas veces vista, y está claro que el sistema de la seguridad social así como esta tocara fondo dentro de poco, y nada hace prever que uno deba esperar que las cosas cambien o mejoren porque sí.
Esperar milagros, como volver a los tiempos idos en el mundo de la seguridad social es algo esotérico, y eso no puede constituir un saber y un pensar de quienes nos arrogamos el título de dirigentes.
El dirigente debe plantearse otros escenarios novedosos y apostar a ellos, para eso está su saber, para eso está su preparación, su intuición y luego deberá ejercer el poder, el mismo que lo va a empujar para provocar los cambios que le sugieren su conocimiento y comprensión.
La SOLP nuevamente está frente a grandes desafíos y deberá enfrentarlos para bien de sus socios y de la profesión en general.
Continuará.
Menu